Descripción
Todos nosotros hemos experimentado momentos en los cuales no hemos tenido una dieta balanceada o hemos comido alimentos con niveles muy altos de azúcar. Inmediatamente nos sentimos enfermos, mareados y tal vez deprimidos o irritables. Esta es la manera en la cual nuestro cuerpo nos indica que carece de suficientes alimentos apropiados. La salud óptima requiere de una nutrición óptima, y lo mismo sucede con nuestra vida espiritual. Sin una suficiente y constante alimentación bíblica, nuestra vida interior comienza a sufrir las consecuencias. Llegamos a ser superficiales y egoístas, más exigentes y menos cariñosos, hasta llegar al punto de reaccionar precipitadamente con impaciencia y enojo. Estos son los síntomas de una mala nutrición espiritual en nuestra vida.